Como su nombre indica está basada en la protección del corazón.
La fibrilación ventricular (ritmo cardiaco anormal y fatal) es la responsable inicial de hasta un 85% de las paradas cardíacas extrahospitalarias. Estas arritmias pueden ser tratadas mediante la desfibrilación, y por cada minuto que se retrase la actuación, disminuye entre un 7 y un 10% las posibilidades de supervivencia.
La experiencia científica ha demostrado que la desfibrilación temprana es eficaz en un 90% de los casos, pudiendo salvar la vida de muchas personas aplicando este tipo de protocolo.
La cardioprotección son los recursos, protocolos y habilidades que la sociedad médica pone a disposición de los ciudadanos para actuar en prevención de la muerte súbita ante una parada cardiorespiratoria (PCR).
Son lugares donde se aplican principios de cardioprotección. Los requisitos para ser un “espacio cardioprotegido” son:
- Instalación de Desfibriladores Externos Semiautomáticos (DESA) en determinados lugares con el objetivo de garantizar una rápida respuesta a una circunstancia eventual por parte de los primeros respondedores, que suelen ser personal no sanitario, y prevenir así, la muerte súbita.
- Pequeña formación para saber detectar, responder y actuar ante una parada cardiorespiratoria.
- Inscripción del desfibrilador en los organismos/bancos que correspondan según legislación de cada comunidad autónoma
El ministerio de sanidad, así como las más relevantes asociaciones de cardiología y medicina de emergencias a nivel internacional, recomiendan la creación de espacios cardioprotegidos en lugares públicos y privados donde existe una afluencia de personas. Lugares prioritarios de ser espacios cardioprotegidos son: gimnasios, campos de futbol, colegios, centros comerciales, instalaciones deportivas, transportes, hoteles, restaurantes, etc.